RELATOS DESNUDOS: DESATANDO NUDOS.

Este libro llamado ESPEJOS contiene 10 relatos femeninos escritos a flor de piel. Reflejos desnudos de la época que nos tocó vivir. Son tiempos de cambio de paradigma: estamos cambiando de piel.
(La piel es el órgano más grande del cuerpo: une el mundo interno y el externo. Es nuestro verdadero sexto sentido. La intuición es la lectura de lo que sucede a flor de piel. El sol nos entra por los poros de la piel. Las toxinas que nos sobran se expulsan por allí. La palabra poro proviene del griego, significa pasaje, vía, camino, senda. Cada poro del cuerpo es un pixel de información sobre la realidad. Y tenemos millones en el cuerpo. La intuición a flor de piel, es la fotografía más precisa del ambiente presente, en cualquier circunstancia).
Son relatos que hablan cada uno de un camino, o mejor dicho, de un sendero hacia la libertad. Como bien dice Valeria Luiselli: “un sendero es como un camino, pero poético”. Cuando una persona logra agradecer su propio andar, sea el derrotero que sea, lo convierte en un acto poético. Y se libera.
Ser Mujer despierta, dentro de una sociedad patriarcal dormida, no es tarea sencilla ni fácil. Para ello, hay que atravesar el espejo.
Y hay que derribar muros de prejuicios, soportar vejaciones, lidiar con abusos e improperios y sufrir en carne propia el pecado de Eva por desobedecer las órdenes del patriarca mayor: el dios que juzga, sentencia y condena, a las mujeres, principalmente. 
Ser Mujer libre, en medio de un ambiente machista-castrante, es como dar a luz a sí misma.
Es desnudarse por dentro y por fuera frente al espejo. Desatar los nudos de la moral impuesta por los siglos de los siglos. Despegarse de la piel las improntas de la culpa y los arrepentimientos. Quitarse de encima las cargas negativas heredadas por el simple hecho de nacer siendo Mujer. Salirse del papel débil de la víctima de sus circunstancias para poder asumir el poder de ser responsable de su propia creación.
Ser Mujer, abierta de par en par como el corazón mismo, es la medicina que el mundo patriarcal necesita, de manera urgente, para poder sanar su desequilibrio emocional crónico. La mentira es fabricación históricamente masculina, no hay duda. Y la Mujer es la medicina, como las Plantas de Poder en las ceremonias, para sanar las heridas profundas de la Humanidad. 
Estos relatos conforman un Círculo de Mujeres que rescatan el poder femenino de lo esencial: todo aquello que nos nutre y da vida. 
Son el eco de las Mujeres Ancestrales que nos hablan al oído para que recordemos quiénes somos, y para qué estamos en este plano terrenal. Es un llamado de la Madre Tierra a través de sus hijas valerosas, las que lograron quitarse el yugo de la opresión para ofrendar su dolor y purificar su sangre de luna nueva.
Sacrificio significa hacer algo sagrado. Desnudar con palabras los miedos, los traumas, las heridas, las violaciones, los engaños, las traiciones, los errores y también los amores, las esperanzas, las alegrías y los éxitos, es hacer algo sagrado: es transformar el dolor en una ofrenda para todas y todos los demás. 
Las palabras escritas con dolor redimido, abren rendijas de luz en quienes las leen o escuchan.
Lo femenino es también la oportunidad que tenemos los hombres para salvarnos de nuestra propia mentira: el pecado original. Los diez relatos contenidos en este libro ESPEJOS son una gran oportunidad de abrir los ojos por dentro y escuchar el latido de la Madre Tierra narrado a través de las experiencias encarnadas por sus hijas. Es el dolor del parto que anuncia el nacimiento de un nuevo mundo: más justo, equilibrado y sensible. Donde la belleza de lo femenino será la guía para erradicar tanta fealdad de nuestras vidas cotidianas.  
En un mundo tan superficial, tan alejado de lo esencial, es la Mujer el camino de la re-conexión con la Tierra y sus Saberes. Con sus ritos y sus ceremonias. Con sus cantos y alabanzas. Con su magia y sus milagros.
Ser Mujer es contener en el vientre el fuego sagrado que transmuta, sana y otorga vida. Es el reflejo de la belleza desnuda de la Dadora de Vida: Espejos de su piel.

Santiago Pando Marino.